martes, 4 de junio de 2013

LA DANZA EN EL VERANO






Apuntaron a ciegas

y fue como desperdiciar

almas de alto poder

para matar pajaritos:

Más de cuatro mil niños

que sorprendió la muerte

en un paso,

en un juego,

en un brinco.

Fue como no distinguir

entre piedrecitas y semillas

de frijol.

Fue como sollozar al ver que caían

en medio de los otros,

en medio del estruendo

y sin poder parar

el furor que arrastraba

los ciegos disparos.

Fue como el propio Herodes

y la danza de la muerte.

  

                Del libro  Algo le duele al aire




© Dolores Castro
© Carmen Amato

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